Omar A. Gutiérrez G., MD*
RESUMEN
Existen casos clínicos especiales en los cuales por diferentes causas se presentan pérdidas parciales
o totales de la pirámide nasal, generando alteraciones físicas, funcionales y psicológicas, muchas de
ellas de difícil manejo con reconstrucción quirúrgica (por la complejidad del caso o por las causas que
generan estas alteraciones) y en otras obteniendo resultados poco satisfactorios luego de varios tiempos
quirúrgicos. Para estos pacientes se propone como una opción terapéutica adicional la rehabilitación
con prótesis faciales, las cuales elaboradas de manera individual y personalizada logran rehabilitar
apropiadamente diferentes alteraciones de las estructuras de la cara. El presente artículo propone esta
opción terapéutica exponiendo los beneficios para situaciones específicas en casos clínicos de difícil
manejo por técnicas quirúrgicas reconstructivas tradicionales.
Palabras clave: Prótesis nasal, nariz, reconstrucción, epítesis, prótesis facial.
Otorrinolaringólogo Hospital Universitario de La Samaritana.
Bogotá, D.C. - Colombia. Instructor Otorrinolaringología
Universidad del Rosario y Universidad de La Sabana. Formación
Especial en Elaboración y Adaptación de Prótesis Faciales.
ABSTRACT
There are special clinical cases, which from different causes have partial or total loss of the nasal
pyramid, creating physical, functional and psychological changes. Many of them are difficult to manage
with surgical reconstruction (by the complexity of the case or the causes of these changes) and others
because of poor results obtained after several surgical times. For these patients, facial prosthesis are
proposed as an additional therapeutic option for rehabilitation. They are individually and personalized
elaborated in order to properly rehabilitate different facial alterations. This article proposes this
therapeutic option outlining the benefits to specific situations in clinical cases difficult to manage by
traditional reconstructive surgical techniques.
Key words: Nasal prosthesis, nasal reconstruction, epithesis, facial prosthesis.
INTRODUCCIÓN
La reconstrucción quirúrgica de estructuras faciales es
aceptada como tratamiento estándar para la reparación de
tejidos óseos y tejidos blandos en pacientes que presentan
alteraciones de diversas causas, sean congénitas, traumáticas
(incluidas las quemaduras), oncológicas, entre otras; sin
embargo, en algunas ocasiones se encuentra que este tipo
de tratamiento tiene alta morbilidad, requiere de múltiples
tiempos quirúrgicos o de antemano se conoce que los
resultados no serán los esperados debido a factores no
controlables por parte del paciente ni del equipo médico
tratante. Por otra parte al hacer reconstrucciones quirúrgicas
amplias, que comprometan varios segmentos faciales, no
se podrá predecir completamente el resultado final de estos
casos, lo cual en algunas ocasiones podrá ocasionar conflicto
en relación con las expectativas que el paciente tiene en
relación con su reconstrucción facial.
Ante esta perspectiva existe la posibilidad de ofrecer la
rehabilitación de diversas estructuras de la cara utilizando
una prótesis facial que elaborada de manera personalizada
pueda suplir las necesidades de cubrimiento del defecto
facial, tratando de lograr lo mas aproximadamente posible un
camuflaje de este sin necesidad en muchos casos de requerirse
procedimientos quirúrgicos mayores, siendo posible el hacer
modificaciones a la prótesis, eliminando la morbilidad para
el paciente, dando en algunos casos funcionalidad a ciertas
actividades y pudiendo en la mayoría de casos predecir el
resultado final.
Sin embargo, no todos los defectos faciales son apropiados
para ser manejados en primera instancia con prótesis faciales
y siempre se deberá estudiar la posibilidad inicial de ofrecer
una reconstrucción quirúrgica, principalmente para aquellos
pacientes que tengan grandes posibilidades de mejoría por
esa vía, reservando la adaptación de una prótesis como una
alternativa para casos especiales.
HISTORIA
Diversos hallazgos arqueológicos han permitido
establecer algunos materiales con diversas formas
adaptados a estructuras del cuerpo humano teniendo
muy probablemente como finalidad el remplazar algunas
estructuras corporales que por múltiples causas hayan
presentado lesión, deformidad, ausencia o amputación;
algunos ejemplos son los hallazgos que datan del año
3000 a.C. de un probable defecto craneofacial adquirido y
manejado con materiales inertes adaptados al hueso (láminas
de oro y plata) en Perú, tratando de remplazar la morfología
de un defecto craneal.
Igualmente algunas momias egipcias (ej. la de Ramsés
III) evidencian materiales de origen metálico en cavidades
orbitarias demostrando que para la época de las dinastías
egipcias (1) ya se manejaba el concepto de lo que hoy
denominaríamos “prótesis ocular”. Algunos relatos y
documentos de las culturas China e India mencionan el
uso de “prótesis” con resinas coloreadas (usualmente
de materiales como yeso, algunos minerales, madera
entre otros) principalmente para remplazar estructuras
anatómicas perdidas durante las guerras. Hacia el año
200 d.C. se elaboraban en China algunas prótesis oculares
sobre bases metálicas, tal como lo describe el Dr. Popp en
su artículo publicado hacia 1939 en el cual se mencionan
estos hallazgos.
Posteriormente hacia el siglo XVI el médico militar
Ambroise Paré hace descripciones tanto de reconstrucciones
quirúrgicas como de adaptación de elementos similares
a prótesis faciales (nasales, pabellón auricular, oculares)
fijándolas a la cara a través de elementos metálicos,
cuerdas o resinas tipo pegante a fin de mejorar el aspecto
de pacientes mutilados (1, 2).
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Figura 1. Representación de Ambroise Paré en sus descripciones sobre prótesis nasales y la forma de fijación con cuerdas. |
La primera prótesis nasal descrita en la historia
corresponde a la usada por el astrónomo danés Tycho Brahé
(1546-1601) quien al perder su nariz como consecuencia
de la participación en una guerra le fue adaptada una
lámina metálica (oro o plata) con una pintura de aceite en
su cobertura, a fin de semejar mayor naturalidad, siendo
sostenida con elementos adhesivos (3).
Durante los siglos XVII y XVIII se utilizaron múltiples
materiales para remplazar estructuras anatómicas perdidas
entre las que se pueden contar el papel Maché, marfil,
algunos metales (oro, plata), vidrio y porcelana. Igualmente
se popularizó en las diferentes escuelas odontológicas la
utilización de elementos como el vidrio y se dieron los
primeros avances para usar el caucho vulcanizado así como
el acetato de celulosa. Se desarrollaron también formas
de retención de prótesis faciales con cuerdas, cuero o la
adaptación a elementos como alambres, estructuras como
“diademas” y anteojos.
Fue también por esta época introducido el concepto de
“Materiales termoplásticos” a base de cera por parte del Dr.
Tritterman y para finales de los años 1800 e inicios de los
años 1900 se introdujo el concepto de la “vulcanización” del
caucho para adaptarse al manejo de la rehabilitación facial. Ya
en el siglo XX se trabajó en Norteamérica y Europa no solo
en el desarrollo de materiales mas compatibles con los tejidos
biológicos sino también en el desarrollo de coloraciones que
mejorasen el aspecto final de estas prótesis, haciendo mas
tolerable el uso de estas por parte de los pacientes que lo
requerían. En el siglo XX, durante la década de los sesenta se descubre en odontología el principio de la oseointegración
con el titanio, concepto que posteriormente hacia 1977 se
traslada a zonas extraorales y en 1979 se lleva a cabo la
colocación de los primeros implantes oseointegrados para
retención de una prótesis de pabellón auricular (4, 5), teniendo
aplicación este tipo de técnicas en la retención de prótesis
auriculares inicialmente pero posteriormente extendiéndose
a otras zonas faciales, con lo cual se logra en la actualidad
algunas ventajas para la retención de prótesis nasales,
auriculares, periorbitarias u orbitarias.
OBJETIVOS PARA EL USO DE LAS PRÓTESIS FACIALES
La rehabilitación con prótesis faciales busca fundamentalmente tres objetivos:
1. Brindar funcionalidad. Encaminada a lograr una adecuada respuesta en ciertas situaciones, ej. Para el caso de prótesis de pabellón auricular: ayudará a soportar anteojos o ayudas auditivas que algunos pacientes requieran; para las prótesis nasales: Servir de soporte para gafas en pacientes que lo requieran, mejorar la direccionalidad del flujo aéreo en casos de arrinias o grandes pérdidas de pirámide nasal, protección de la mucosa nasal expuesta al aire.
2. Lograr simetría y estética. Es aceptado que las estructuras faciales son la presentación ante la sociedad y signo de distinción de cada persona, por lo cual defectos anatómicos que afecten estructuras faciales tendrán gran notoriedad, por ello las prótesis faciales buscan mejorar este aspecto, tratando de “hacer pasar desapercibido” los diferentes defectos faciales de un individuo.
3. Rehabilitación psicológica y autoestima del paciente. La pérdida de estructuras anatómicas (ej. En casos de trauma o cirugías oncológicas) no solo afecta las zonas faciales sino también golpea duramente la esfera psicológica del paciente, llevando a depresión, baja autoestima, aislamiento, ansiedad, etc. En la medida que una prótesis facial logre ser aceptada por el paciente y la familia, brindará altas posibilidades de rehabilitación psicológica y facilitará la resocialización de este individuo a su entorno laboral y social posrehabilitación. En general el nivel de reintegración está directamente relacionado con el grado de aceptación y satisfacción que el paciente tenga con el uso de prótesis maxilofaciales (6).
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Figura 2. Imágenes de una prótesis ya terminada, elaborada para adaptación en un caso de amputación completa de pirámide nasal. (vistas laterales y fronto-basal) |
¿POR QUÉ ESCOGER UNA PRÓTESIS
NASAL COMO
ALTERNATIVA DE TRATAMIENTO?
Si bien las prótesis faciales son elementos diferentes de
la anatomía de cualquier ser vivo, tienen la posibilidad de
remplazar estructuras faciales de manera relativamente rápida
en comparación con los varios tiempos que podrían ofrecer
las reconstrucciones quirúrgicas (7), pudiéndose además
ver de manera anticipada el resultado con las prótesis y en
algunos casos con la posibilidad de modificaciones sin que
se deba aumentar la morbilidad de los pacientes por efecto de
procedimientos quirúrgicos y evitando igualmente factores
que no pueden ser controlados por parte del equipo tratante
o el paciente mismo, entre los que se cuentan cicatrización,
formación de queloides, posibilidad de infecciones,
formación de granulomas, retracciones de tejidos, reabsorción
de injertos, movilización de aloinjertos, etc. que pueden
presentarse durante el proceso de recuperación propio de
tejidos que han sido sometidos a reconstrucciones quirúrgicas.
Las prótesis nasales en general tienen las mismas ventajas
e inconvenientes aplicables a las prótesis faciales siendo ellas
descritas en las siguientes tablas:
Tanto las indicaciones como los cuidados son comunes
para las diferentes estructuras faciales que se remplazan por
este tipo de elementos.
Para la rehabilitación con prótesis nasales se requiere
en primera instancia tener certeza en que el paciente no
tiene posibilidad de reconstrucción quirúrgica o bien que su reconstrucción será bastante compleja y/o de resultados
inciertos. Igualmente para aquellos pacientes que por diversas
causas requieren de varias etapas de su proceso reconstructivo
una prótesis nasal puede ser una alternativa apropiada para
cubrir sus defectos y mantener una apariencia aceptable de
manera temporal mientras se logra el resultado quirúrgico
final.
Tabla 1. Ventajas del uso de prótesis faciales
- Remplaza apropiadamente la anatomía que difícilmente se puede obtener con procedimientos quirúrgicos.
- Permite revisión de lechos quirúrgicos cuando se requiera debido a la posibilidad de remoción de la prótesis.
- Mejora el estado sicológico del paciente que ha sufrido “pérdida de estructuras anatómicas”.
- Disminuye costos en comparación con múltiples tiempos quirúrgicos reconstructivos.
- Permite soluciones temporales a patologías que requieran varios tiempos quirúrgicos o varias etapas de tratamiento.
- Logra un resultado “predecible” de las estructuras anatómicas a remplazar.
- Se obtienen resultados finales mas rápidos en comparación con técnicas quirúrgicas reconstructivas.
- Disminuye morbilidad en comparación con reconstrucciones quirúrgicas tanto del sitio a tratar como de los sitios donantes de injertos.
Tabla 2. Inconvenientes asociados al uso de prótesis faciales
- Ausencia de sensibilidad y motricidad.
- Deterioro de la prótesis y vida útil limitada, las cuales dependerán de los cuidados del paciente.
- Forma y color pueden no coincidir exactamente o cambios en la coloración a través del tiempo (asociados a la manipulación de la prótesis por parte del paciente o bien por cambios en la coloración de la piel circundante a la prótesis, ej. por exposición solar, uso de maquillaje, etc.).
- Requiere cuidados tanto de la prótesis como del lecho receptor y seguir algunas recomendaciones específicas.
- Pacientes pediátricos o de edad avanzada (con limitaciones de motricidad fina o visuales) requieren de ayuda por parte de otras personas para su colocación.
Tablas 1 y 2 tomadas de: Gutiérrez O. Prótesis faciales: alternativa de rehabilitación para niños y adultos. Acta Colombiana de Otorrinolaringología. 2009; 37 (2): 95-102.
Algunos aspectos importantes a considerar cuando se
piensa en adaptar una prótesis nasal o del tercio medio facial
y del sistema de retención que se utilizará para rehabilitar
estos pacientes son:
- Antecedentes de tratamiento de los tejidos nasales que
se rehabilitarán (ej. antecedente de irradiación, seguridad
en relación bordes de lesiones libres de enfermedad
oncológica, colocación previa de implantes o materiales
con fines reconstructivos, finalización de tratamientos
quirúrgicos reconstructivos, etc.).
- Estado clínico de los tejidos que se encontrarán en
contacto con la prótesis y de la zona para adaptación
(necesidad de modificaciones futuras, cicatrización
completa de tejidos, ausencia de infecciones activas,
etc.).
- Evaluar detalladamente los sitios de apoyo de la futura
prótesis.
- Extensión de la prótesis.
- Grado de movilidad de los tejidos que estarán en contacto
con la base o los bordes de la prótesis.
- Elementos accesorios a la prótesis nasal que puedan servir
de camuflaje (ej. uso de anteojos, cicatrices faciales,
surcos, arrugas pronunciadas, etc.).
- Necesidad futura de modificaciones a las zonas que
se estarán manejando con estas prótesis, según la
enfermedad de base.
Estas prótesis nasales podrán ser parciales o totales
según sea la extensión de la pirámide nasal y las zonas
anatómicas que se van a manejar (Figuras 3 y 4) incluyendo
en algunos casos zonas vecinas a la nariz; igualmente se
requiere en todos los pacientes conocer muy bien si esta
prótesis estará en contacto con la mucosa nasal o con
estructuras intranasales, a fin de hacer las modificaciones
y adaptaciones necesarias.
Existen diferentes sistemas de retención y adaptación de las prótesis nasales entre los que se cuentan:
- Adhesivos: utilizando sustancias antialérgicas variadas se
logra una retención apropiada para varios de estos casos.
- Mecánicas: usualmente adaptadas a otros elementos
como gafas, se permite mantener un camuflaje apropiado
para estas prótesis.
- Anatómico: son prótesis que se ajustarán en el sitio
del defecto tomando como soporte algunas estructuras
anatómicas del paciente.
- Prótesis implanto-soportadas: se requiere de la colocación
de implantes oseointegrados a los cuales posteriormente
irá sujeta la prótesis mediante imanes o con
sistemas de “barra-clip” (2).
Durante los últimos 30 años ha tenido gran acogida a nivel
mundial el uso de implantes oseointegrados para la retención
de estas prótesis logrando amplia estabilidad, principalmente
para grandes extensiones faciales que deban ser rehabilitadas
y pudiéndose utilizar para diferentes causas (ej. quemaduras,
traumas, defectos congénitos e incluso pacientes con cáncer)
(2, 8, 9) aunque con mayores costos respecto de otros sistemas
de retención.
En aquellos pacientes que serán llevados a cirugía con
resección parcial o total de su nariz o estructuras vecinas
se debe tener en cuenta el tipo de procedimiento a realizar
y el estado en el cual quedarán los tejidos a rehabilitar
(ej. exposición de mucosas, resecciones faciales amplias,
exposición ósea, cubrimientos con colgajos de piel, etc.)
para poder planear el tipo de materiales que posteriormente
se podrán utilizar en la elaboración de su prótesis facial;
se deberá también discutir por parte de todo el equipo de
profesionales que intervendrá en el caso, junto con el paciente
y la familia, previo a su tiempo quirúrgico (10) incluyendo el
tipo de retención que tendrá la prótesis bajo la orientación del
profesional que la elaborará, quien debe exponer claramente los beneficios y desventajas de cada uno de estos sistemas,
lo cual redundará en una mayor aceptación por parte del
paciente en su estado posoperatorio (11) y evitará probables
complicaciones en diferentes fases del tratamiento.
Respecto de los implantes extraorales en pacientes
con cáncer es bien conocida la utilidad de esta forma de
retención para las prótesis nasales tanto para adultos como
para niños (12, 13) existiendo sin embargo a nivel mundial
diferentes resultados en relación con la oseointegración de
estos implantes en pacientes que han requerido radioterapia
complementaria a su manejo quirúrgico, encontrando tasas
de extrusión en implantes que van desde el 17% hasta el 42%
según las series que se revisen (11, 13); sin embargo, son
también apreciables los beneficios que se pueden encontrar
con la aplicación de oxígeno hiperbárico a estos pacientes en
su tiempo perioperatorio, brindando mejores resultados en la
oseointegración de estos implantes (14, 15). Igualmente es
discutido si la colocación de estos implantes se pueden hacer
durante el tiempo quirúrgico correspondiente a la resección
de tejido tumoral o durante una cirugía posterior, pudiéndose
apreciar beneficios tanto en menor tiempo de espera para la
elaboración y adaptación de la prótesis (aproximadamente tres
meses posterior a la colocación de los implantes) como en la
sobrevida de estos implantes (siempre y cuando la colocación
de estos se realice con adecuada técnica quirúrgica) en el mismo
tiempo quirúrgico de resección de la patología oncológica (16).
Son mencionados en la literatura médica, además de
la técnica quirúrgica, algunos factores sistémicos que son
desfavorables para la oseointegración de implantes, entre
los cuales se mencionan el tabaquismo, alcoholismo,
farmacodependencia, quimioterapia, terapia esteroidea,
osteoporosis y diabetes mellitus descompensada (8, 17) los
cuales deberán ser tenidos en cuenta a la hora de definir el
tipo de retención para la prótesis nasal, particularmente para
decidir el uso de implantes oseointegrados (18). Igualmente
las prótesis faciales podrán también utilizarse en casos que
se requiera rehabilitar mas de una zona de la cara (ej. nariz
y región periorbitaria).
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Figura 4. Ejemplo de prótesis nasal completa en paciente con resección de patología oncológica previa.- Fotos Cortesía Dra. Hiliana Herrera |
ELABORACIÓN Y ADAPTACIÓN DE UNA
PRÓTESIS NASAL
Para la elaboración de una prótesis nasal se deberá como
se dijo anteriormente definir el sistema de retención que se
tendrá con el fin de hacer las variantes correspondientes. Los
pasos generales son:
1. Toma de impresión del defecto del paciente.
2. Elaboración de un modelo en cera que repare ese defecto y que será la base para la futura prótesis.
3. Adaptación del sistema de retención al modelo en cera (en caso de ser con sistema de implantes oseointegrados –magnetos, barra-clip–).
4. Elaboración de un molde para la futura prótesis.
5. Obtención de silicona con color ajustada a las características de la piel del paciente.
6. Caracterización y coloración externa de la prótesis.
7. Adaptación final de la prótesis al paciente.
-Enfermedades congénitas. Algunos síndromes craneofaciales incluyen diversos grados de alteración del tercio medio facial, entre los cuales se encuentra el grado extremo de afección nasal como lo es la arrinia (Figura 5). Para aquellos casos en los cuales ha sido fallida la reconstrucción facial o para pacientes quienes por su situación clínica se considere un pobre pronóstico para el manejo quirúrgico, las prótesis faciales podrán ofrecer una posibilidad alta de rehabilitación e incluso en algunos casos podría ser posible adaptar este sistema sin que se requiera de intervenciones quirúrgicas o bien realizando procedimientos limitados en las áreas que se puedan llegar a requerir para lograr un buen resultado.
-Quemaduras faciales. Si bien múltiples tratamientos reconstructivos logran unos resultados satisfactorios, existen algunas situaciones clínicas en las cuales la profundidad de la lesión, la extensión y principalmente la retracción que durante las fases de cicatrización logran los tejidos blandos hace que en varios casos los resultados posoperatorios de reconstrucción no sean los esperados por parte del paciente, en estas situaciones una prótesis facial podría “camuflar” apropiadamente las deformidades alcanzadas por este tipo de lesiones.
-Traumas faciales. Existen traumas faciales extensos con pérdidas de tejidos blandos, avulsiones y necrosis de estos asociados a pérdidas del esqueleto facial y específicamente nasal, para estos casos se requerirán de múltiples cirugías reconstructivas, manejo con colgajos libres o pediculados e incluso e implantes faciales según sea el caso; para estas situaciones las prótesis faciales pueden ser un complemento en el manejo integral de los pacientes coadyuvando en el remplazo de zonas de difícil reconstrucción quirúrgica.
-Enfermedades granulomatosas. Es frecuente en nuestro medio encontrar pacientes con enfermedades granulomatosas de tipo infeccioso con afección y deformidad importante de la pirámide nasal (ej. lepra, leishmaniasis, tuberculosis) originada en la afección mucocutánea de algunas de estas enfermedades o por afección de los cartílagos y del hueso en otras; para estos casos las reconstrucciones quirúrgicas se recomiendan siempre y cuando exista certeza en el control o erradicación de la enfermedad, siendo en algunos casos difícil de lograr, por lo cual las prótesis nasales se constituyen en una alternativa de rehabilitación no quirúrgica, que ofrece mejoría en el aspecto físico del rostro del paciente con deformidades faciales importantes.
1. Toma de impresión del defecto del paciente.
2. Elaboración de un modelo en cera que repare ese defecto y que será la base para la futura prótesis.
3. Adaptación del sistema de retención al modelo en cera (en caso de ser con sistema de implantes oseointegrados –magnetos, barra-clip–).
4. Elaboración de un molde para la futura prótesis.
5. Obtención de silicona con color ajustada a las características de la piel del paciente.
6. Caracterización y coloración externa de la prótesis.
7. Adaptación final de la prótesis al paciente.
Para el aspecto externo de la prótesis se requerirá tener en
cuenta durante su elaboración múltiples aspectos que le den el
mayor realismo posible, dentro de los cuales podemos contar
la intensidad del color, el brillo, la luminosidad que tendrá
esta prótesis en cada una de sus partes, así como también el
estado de camuflaje de los bordes de esta (11) para lo cual
se deberán utilizar diversos pigmentos y materiales que le
puedan reflejar a la prótesis características de absorción y
reflexión de la luz similares a las de la piel humana (19).
Existen igualmente técnicas en las cuales para algunos
de estos pasos se utilizan programas de computador que
permiten realizar de manera mas precisa tanto la planeación
quirúrgica como la adaptación de algunos puntos anatómicos
que en la mayoría de los casos bien por movilidad de la
zona a rehabilitar o bien para buscar mayor precisión en
el ajuste y camuflaje son difíciles de trabajar por técnicas
convencionales (20-22); sin embargo, se deberá aclarar
que en estas prótesis por tener un origen diferente al de los
tejidos vivos circundantes podrán ser mas notorios en algunas
situaciones de luminosidad o la posición misma del paciente,
así como la identificación de los bordes de esta.
La elaboración y adaptación de estas prótesis faciales
brindan beneficios en la rehabilitación tanto de niños como de adultos, teniendo en cuenta que factores como la manipulación
y los sistemas de retención tendrán consideraciones
especiales en las edades extremas de la vida por las características
de motricidad fina que tanto niños como adultos
mayores usualmente presentan.
PATOLOGÍAS EN LAS CUALES PUEDEN
SER ÚTILES LAS PRÓTESIS FACIALES
En general es aceptado que las opciones reconstructivas
quirúrgicas a nivel facial sean la primera alternativa en el
manejo de un paciente; sin embargo, para algunos casos
este tipo de manejo se dificulta dependiendo del origen de la
lesión, los factores asociados a su etiología o bien por factores
relacionados con el manejo que se debe dar a su enfermedad
de base. Entre estas entidades podemos mencionar:
-Enfermedades congénitas. Algunos síndromes craneofaciales incluyen diversos grados de alteración del tercio medio facial, entre los cuales se encuentra el grado extremo de afección nasal como lo es la arrinia (Figura 5). Para aquellos casos en los cuales ha sido fallida la reconstrucción facial o para pacientes quienes por su situación clínica se considere un pobre pronóstico para el manejo quirúrgico, las prótesis faciales podrán ofrecer una posibilidad alta de rehabilitación e incluso en algunos casos podría ser posible adaptar este sistema sin que se requiera de intervenciones quirúrgicas o bien realizando procedimientos limitados en las áreas que se puedan llegar a requerir para lograr un buen resultado.
-Quemaduras faciales. Si bien múltiples tratamientos reconstructivos logran unos resultados satisfactorios, existen algunas situaciones clínicas en las cuales la profundidad de la lesión, la extensión y principalmente la retracción que durante las fases de cicatrización logran los tejidos blandos hace que en varios casos los resultados posoperatorios de reconstrucción no sean los esperados por parte del paciente, en estas situaciones una prótesis facial podría “camuflar” apropiadamente las deformidades alcanzadas por este tipo de lesiones.
-Traumas faciales. Existen traumas faciales extensos con pérdidas de tejidos blandos, avulsiones y necrosis de estos asociados a pérdidas del esqueleto facial y específicamente nasal, para estos casos se requerirán de múltiples cirugías reconstructivas, manejo con colgajos libres o pediculados e incluso e implantes faciales según sea el caso; para estas situaciones las prótesis faciales pueden ser un complemento en el manejo integral de los pacientes coadyuvando en el remplazo de zonas de difícil reconstrucción quirúrgica.
-Enfermedades granulomatosas. Es frecuente en nuestro medio encontrar pacientes con enfermedades granulomatosas de tipo infeccioso con afección y deformidad importante de la pirámide nasal (ej. lepra, leishmaniasis, tuberculosis) originada en la afección mucocutánea de algunas de estas enfermedades o por afección de los cartílagos y del hueso en otras; para estos casos las reconstrucciones quirúrgicas se recomiendan siempre y cuando exista certeza en el control o erradicación de la enfermedad, siendo en algunos casos difícil de lograr, por lo cual las prótesis nasales se constituyen en una alternativa de rehabilitación no quirúrgica, que ofrece mejoría en el aspecto físico del rostro del paciente con deformidades faciales importantes.
-Entidades oncológicas. En algunos casos la severidad, el
tipo de tumor, el grado de extensión y estadificación de estas
lesiones requieren de grandes resecciones quirúrgicas e incluso
de terapia complementaria (principalmente radioterapia) con
compromiso en la vitalidad posterior de los tejidos blandos
para futuras reconstrucciones quirúrgicas y grado de lesión
de estos tejidos para el manejo de su enfermedad inicial.
Igualmente ante casos de exposición de mucosas por efecto
de resecciones quirúrgicas, la prótesis facial protegerá estas zonas de los efectos del medio ambiente, independiente de la
causa que lo ocasione, inclusive en enfermedades malignas y
de muy baja frecuencia de presentación como ciertos tipos de
tumores malignos o el granuloma letal de la línea media (23).
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Figura 6. Deformidad nasal completa en caso de un paciente con lepra |
INDICACIONES PARA EL USO DE UNA
PRÓTESIS NASAL
En la Tabla 3 podemos resumir las indicaciones para
considerar la adaptación de una prótesis de tercio medio
facial y específicamente de la región nasal para las siguientes
situaciones clínicas independientemente del sistema de
retención que esta prótesis tendrá:
Tabla 3. Indicaciones para el uso de una prótesis nasal
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Tabla 3. Indicaciones para el uso de una prótesis nasal
- Deformidades congénitas mayores, con pobres posibilidades de reconstrucción quirúrgica (ej. arrinias).
- Reconstrucción quirúrgica nasal fallida por la enfermedad de base o complicaciones derivadas de los tejidos blandos, de aloinjertos o complicaciones propias del esqueleto nasal (ej. secuelas de trauma no corregidos por cirugía, complicaciones posoperatorias infecciosas, necrosis de tejidos o colgajos, extrusiones de injertos o materiales para reconstrucción, etc.).
- Imposibilidad de reconstrucción quirúrgica en pacientes con traumas nasales severos deformantes (ej. amputación completa de pirámide nasal y estructuras intranasales, compromiso extenso de vertientes nasales y regiones maxilares o frontales, avulsiones extensas de tejidos blandos perinasales, etc.).
- Pacientes con rinectomía por causas oncológicas en los cuales se requiera continuo seguimiento del lecho quirúrgico o de la zona afectada (ej. necesidad de toma de biopsias futuras, seguimiento de bordes de resección o necesidad de limpiezas continuas de estos tejidos).
- Pacientes con resecciones nasales por causas oncológicas que requieran a futuro de radioterapia complementaria. En estos casos se deberá estudiar de manera multidisciplinaria a fin de definir claramente la viabilidad de los tejidos blandos posradioterapia con el propósito de determinar el uso de una prótesis nasal o de optar por la reconstrucción quirúrgica.
- Deformidades amplias de la pirámide nasal por enfermedades granulomatosas en las cuales la corrección quirúrgica no sea posible, bien sea por la extensión de la deformidad o por enfermedad activa y no controlada (en las cuales la reconstrucción quirúrgica tendría pobres resultados).
- Quemaduras faciales extensas o profundas en las cuales se sospeche pobre viabilidad de estos tejidos para futuras colocaciones de injertos, elaboración de colgajos reconstructivos, adaptación de materiales de osteosíntesis o de implantes subcutáneos.
- Uso temporal de una prótesis nasal mientras se practica en el futuro reconstrucción quirúrgica nasal definitiva (ej. casos de deformidades traumáticas u oncológicas que requieran de reparación tisular prolongada o de varios tiempos quirúrgicos) a fin de evitar la exposición permanente de mucosas de la cavidad nasal a los efectos del medio ambiente.
Las prótesis faciales requieren de cuidados en el manejo,
en el uso y en la manipulación de los mismos evitando el
deterioro de su aspecto externo, cambios tempranos en el
color o despigmentaciones (24), el humo del cigarrillo podrá igualmente generar manchas en el aspecto externo de la
prótesis; igualmente una manipulación inadecuada para su
uso podrá generar alteraciones en los bordes, soluciones de
continuidad o cambios en el sistema de retención según sea
el caso.
En general se conoce de la necesidad de restauración
y reparación de las prótesis faciales en períodos de tiempo
variables para evitar el deterioro temprano y prolongar la
vida útil de estos elementos, aprovechando al máximo su uso.
Igualmente se requiere de un mantenimiento apropiado
no solo de la prótesis sino de los tejidos que se encuentran
en contacto con esta, a fin de evitar irritaciones, lesiones
por contacto, eventuales reacciones alérgicas, formación de
granulomas, entre otros.
CONCLUSIÓN
Las prótesis del tercio medio facial y particularmente
las de la estructura nasal son una alternativa adicional para
el manejo de pacientes que por reconstrucción quirúrgica
pudiesen presentar resultados poco favorables, bien por la
enfermedad de base o bien por la extensión y severidad de
las lesiones, siendo posible beneficiar a niños y adultos. Se
deberá tener en cuenta una adecuada comunicación entre
los diferentes profesionales con el paciente y la familia a
fin de explicar claramente los alcances, los cuidados y las
limitaciones que pudiesen generar este tipo de manejo para
evitar a futuro inconvenientes por el no cumplimiento de las
expectativas generadas por esta opción de manejo. Igualmente
se deberá tener en cuenta la rehabilitación psicológica de
aquellos pacientes con grandes lesiones y su adaptación a su
nueva forma de vida con el uso de estas prótesis.
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He leído todo y estoy más informada por su exposición de esta materia que me ha interesado porque a mi madre le han hecho radical de nariz hace 2 años en Cuba y ha sido un tormento realizarle una protesis adecuada por no existir material ,es duro verla sin su sonrisa y ver sus orificios en carne..gracias por el tema..y éxitos en su trabajo..
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